El SPV postula que se debe alcanzar el equilibrio, a través del propio “reconocimiento de ser ignorantes en busca de mayor sabiduría de vida”. Si una persona cree que ya sabe todo, no entiende que a medida que se van resolviendo las situaciones de crisis que originan los nuevos conocimientos, surgen otras aún más complejas.
En ese sentido, el perfil de docente que el SPV promueve es:
- Un incentivador, quien se comprometa y haga comprometer al estudiante con el accionar cotidiano, en procura de alcanzar las estrategias necesarias para resolver las situaciones problemáticas que se presenten, de la forma más creativa posible.
- Un promotor de la participación activa del alumno, generando conductas de investigación, creatividad, de descubrimiento, de interrogación.
- Un monitoreador del desempeño del estudiante e impulsor de nuevas oportunidades donde se pongan de manifiesto las habilidades cognitivas, emocionales y sociales que erijan al educando como un conductor político, ciudadano del mundo y niño empresario.
El SPV busca alcanzar en el individuo el desarrollo de conductas conscientes, automotivadas, sinérgicas y constantes. Las mismas están insertas en la secuencia entre Estadios de crisis- Motivación- Resolución- que permiten lograr el equilibrio y crecimiento.
No hay aprendizaje si no hay necesidad. Y la necesidad tiene lugar a partir de toda situación de crisis. Surge la figura del docente como incentivador de resoluciones, quien presenta a los alumnos diferentes situaciones problemáticas que sirven como desafío para su resolución.
Se promueve, entonces, un proceso educativo centrado en el aprendizaje del alumno, lo que requiere de un profundo reconocimiento del perfil del estudiante (expectativas, intereses, conocimientos previos, características sociales y culturales, entro otras); de un equipo docente competente para desarrollar estrategias de enseñanza acordes a dicho perfil; de programas curriculares centrados en la formación de competencias y de una política educativa institucional basada en la significatividad cultural y social de la educación para la inserción social de su alumnado.
Para ello es necesario:
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Diseñar un diagnóstico inicial de las características del alumnado.
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Relevar factores predictivosde deserción para implementar estrategias de tutorías y acompañamiento del alumnado que presente dificultades que puedan afectar su desempeño académico.
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Promover dinámicas interactivas contribuyendo a la conformación de equipos solidarios y cooperativos.
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Desarrollar estrategias deductivas o inductivas de enseñanza que promuevan el desarrollo de habilidades cognitivas superiores.
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Implementar un sistema de evaluación de los aprendizajes sustentado en criterios evaluativos acordados con el alumnado.
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Diseñar guías de aprendizaje que contribuyan a la formación de estudiantes autogestivos.
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Incorporar recursos auxiliares en el proceso educativo optimizando el uso de las tecnologías educativas.
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Favorecer las prácticas de integración curricular acercando al alumnado a vivencias social y culturalmente significativas que favorezcan las cogniciones situadas.
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Involucrarse con los problemas sociales para formar ciudadanos responsables, críticos y promotores de soluciones creativas.
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Generar ambientes académicos empáticos y basados en valores.
Existen materiales de trabajo (manuales, guías, libros, cursos, entre otros) desarrollados para la implementación de diferentes programas y proyectos educativos conforme sea el nivel de enseñanza que se trate.